History of Rock Life

Una persona especial, me propuso en su día que hiciese un blog, a lo que yo le contesté que para hacer un blog había que saber escribir bien, como a ella le ocurre, y que como yo no soy de letras pues.... que no había blog. Pero ahí me dejó la semilla plantada..... germinando en mi cabeza hasta que me decidí y nació Rock Life. Un pequeño sitio con las cosas que me pasan por la cabeza y que lo mejor que tiene es la gente maravillosa que entra y se queda (o no se queda, pero entra). Gracias!! Sigo sin saber escribir bien, pero..... me da igual. Solo me queda dar las gracias a esa persona especial por animarme a escribir y esperar que no se me vaya la inspiración para seguir por aquí mucho tiempo.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Los tres cerditos


Me uno a la iniciativa de MEN  "...los cuentos ya no son lo que eran" en los que hay que versionar cuentos a nuestra manera. En esta ocasión ha tocado Los tres cerditos y aquí dejo mi versión:


Había una vez tres cerditos que vivían con el miedo en el cuerpo serrano, por culpa de un malvado lobo que al final..... bueno, empecemos desde el principio.

En una playa paradisiaca vivía cerdito número uno junto con su amada Peggy. Lo hacían en una vieja caravana, escuchando Bob Marley, fumando cachimbas de marihuana y dando rienda suelta a sus instintos de paz y amor todo el día. Una mañana escucharon el potente motor de una Harley llegar a la caravana. El motor les era familiar y al mirar quien era, vieron que se trataba del Lobo con su traje de cuero negro. Les pidió que salieran por las buenas o tendría que tirar abajo la caravana antes de comérselos. Los cerditos salieron por una ventana trasera y escaparon en el vespino rosa de Peggy mientras el Lobo destrozaba la caravana.

Huyeron hacia el cercano bosque, a la cabaña de madera a la orilla del lago de cerdito número dos. Un famoso guitarrista que cuando no estaba de gira, descansaba en esa cabaña, pescando y componiendo canciones. Acogió a la pareja y después de que le contaran lo ocurrido, cerró todas las puertas y ventanas confiado en que el Lobo no podría entrar a comérselos.
No tardaron en escuchar el motor de la Harley llegar a la cabaña. El Lobo les gritó que salieran por la buenas y los cerditos se rieron. Así que el Lobo cogió un lanzallamas que llevaba en la moto y empezó a quemar la puerta. Los cerditos ya no se reían. Salieron por la puerta de atrás y corriendo subieron al Mustang de cerdito numero dos y derrapando a toda velocidad, huyeron por el camino que atraviesa el bosque mientras escuchaban el grito de rabia del Lobo al perder otra vez su comida.

Llegaron al atardecer a las afueras del bosque, a La Ubre Enroscada, un bar de carretera en un cruce de caminos, propiedad de cerdito número tres. Éste se alegro de verlos y les puso algo de beber mientras le contaban lo ocurrido con el Lobo, y lejos de asustarse se le encendieron los ojos y sonrió a sus amigos. Les recordó que esa noche era de luna llena y que invitarían a su "amigo" a una cena especial.

El Lobo llegó a las doce menos cuarto justo cuando los últimos clientes se iban. Entró y allí estaban los tres cerditos sumisos y apetitosos. Cerdito número tres le propuso invitarle a una cerveza antes de que les comiera, y el Lobo aceptó. Mientras se bebía su cerveza y sorteaba quien seria el primero de los tres en llevarse a la tripa dieron las doce en el reloj a la vez que a los cerditos les crecían los colmillos y sus ojos enrojecían.
Los tres cerditos se abalanzaron sobre el Lobo bloqueado por la sorpresa y el miedo y se lo comieron.

Y así los tres cerditos vivieron en paz y fueron felices para siempre. Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.


FIN

sábado, 3 de diciembre de 2011

Piso 11


Entro al ascensor y pulso el botón del piso 11 mientras se cierran las puertas y empiezo a subir, primero a la velocidad que sube un globo de helio con la cara de Mickey Mouse, y luego a la de un cohete hacia planetas lejanos pasando por galaxias infinitas donde nos encontramos tú y yo y nos perdemos entre estrellas estrelladas, tanto como los huevos con patatas y jamón  que comemos viendo el ocaso en una playa del Mediterráneo, en esa mesa selecta con mantel de lino y cubiertos hechos de la misma plata que las balas que pongo en mi revolver cuando voy al este de Europa a cazar vampiros y seducir vampiresas que se convierten en ceniza tumbadas en mi cama cuando abro las cortinas por la mañana y entran los rayos de sol, afilados y fríos como el iceberg que partió en dos al Titanic llevándolo al fondo del mar donde las estrellas son de colores y cabalgan en caballos rojos, del mismo tono que mi corazón palpitante en un duelo, justo antes de apretar el gatillo metálico y suave como la piel de tus pechos cuando los acaricio para luego fusionarnos mágicamente en esa noche de niebla sobre la nieve iluminada por la Luna, llena, tanto como mi cabeza de pájaros que migran hacia el calor del fuego escupido por esa bestia que llaman dragón, que protege su tesoro lleno de oro y deseos, de los que algunos se cumplen y otros no, como el mio de conquistar la Alhambra y conocer a su Reina de corona negra, piel blanca y labios rojos, tan dulce como una gran tarta de nata y fresas silvestres, del bosque, donde el último mono intenta subir a la copa del árbol mas alto, o el bosque de Sherwood donde se esconde Robin del Sheriff de Nothingham, nada que ver con el Sheriff Wyatt Earp con su bigote, su mala hostia y su eterno abrigo largo como las noches de invierno esquimal, que con sus pingüinos, sus iglús y sus osos polares forman un paisaje tan gélido como los cubitos de hielo que bucean en el vaso de whisky que me bebo mientras leo en el porche de mi cabaña del bosque al atardecer abrazando y envolviéndome en las letras que igual me llevan a luchar con gladiadores a Roma, a disparar en la batalla de Stalingrado, a recorrer la Ruta 66 en  un Mustang, que a vivir la más intensa historia de amor, tan perfecta e imposible como agarrar un relámpago con mis manos y freír un filete de ternera con especias acompañado de un buen tinto a la luz de las velas con aroma de lavanda, el mismo que huelo cuando subo a la cima más alta de la montaña a intentar saltar las nubes mientras se ríen de mí las águilas, grandes y majestuosas como las pirámides de Egipto, donde en la arena que las rodean se esconden escorpiones venenosos que se pelean entre ellos como lo hicieron Ali y Foreman en el combate el siglo, jaleados por miles de personas igual que jaleamos a los Rolling cada vez que vienen a mi ciudad, salvaje, ruidosa, odiada, amada, caótica... que nunca duerme como si se hubiese tomado litros y litros de café, con leche a la que yo echo colacao en una taza y meto en el microondas un minuto hasta que suena el mismo ¡Ping! que suena en el ascensor y avisa de que he llegado al piso 11.

jueves, 1 de diciembre de 2011

La ganadora es........


Ayer se acabó el plazo de apuntarse y sin tardar más hoy hago el sorteo. Meto los nombres de todas en la caja, la muevo, meto la mano y la ganadora de la 11ª edición es........





¡Enhorabuena Mi Camino!  Cuando quieras me envias a gybby46@gmail.com una dirección donde pueda mandarte el libro, con mi dedicatoria y mi deseo de que te guste! :)

¡¡Gracias a todas por participar!!

¡Besos!